Aire muerto

¿Por qué has decidido marcharte justamente en esta noche? Sin ni siquiera ofrecerme ir contigo. ¿Con quién comparto ahora mis ideas locas? Te has marchado y no te ha importado nada. Has conseguido que te eche en falta y, sin embargo, que no pueda llamarte para decirte todo lo que pasa por mi cabeza. No sé si me gustaría que lo supieras, ni qué me dirías tú, pero prefiero confiar mis palabras al silencio hasta que tu voz lo altere y salgan solas de mi boca. Dónde quedaron nuestras ganas de ser alguien, de marcharnos, de empezar, de enloquecer, de sentir y de gritar. Si eres el único con el que puedo compartir lo que nadie entiende. Empiezo a sentir que estoy sola. Quizá es que no eres consciente de todo lo que nuestras conversaciones han significado para mí. O quizá lo has significado tú. Y quiero seguir compartiendo canciones que sólo los dos somos capaces de sentir e interpretar. No quiero que el minutero del reloj me atrape cuando sólo tú eres capaz de sacarme de esta vida insignificante, de esas vivencias disecadas. Sólo tu voz puede envolverme en el mundo del que siempre he querido formar parte.

Nos miramos desde lejos como si no fuera algo importante, como si el océano no fuese tan profundo...

Frágil

Quizás porque lo tengo desde siempre me asusta la idea de que desaparezca. Porque sé que luego sería peor y porque no sería como yo lo pienso. O quizás me agobie la idea de que mi vida haya quedado decidida desde hace tiempo sin apenas haberme dado cuenta. Pasas tres días sin él viviendo el mundo que tienes aparte y ya crees que no le necesitas. Y conoces personas con las que sí podrías compartir ese tipo de cosas porque a ambos os llenan por dentro y os hacen sentir lo inexplicable. Personas que comprenden lo que tú comprendes, que sienten lo que tú sientes. Pero quizá sea bueno ser así de diferentes, porque dicen que al fin y al cabo lo que importa no es igualarse, sino complementarse. Pero tú te lo sigues preguntando cada noche sin saber realmente qué acción sería la acertada. Mejor no mover nada no vaya a ser que el mundo se tuerza demasiado.

Todo puede compensarlo una mirada

o quizás no.

Etapa de cambio

Vivencias nuevas, personas nuevas.

A veces vives etapas en las que conoces gente y te das cuenta de que son diferentes a lo que hasta entonces conocías. Tienen algo por dentro, exteriorizan lo que sienten, aunque sólo sea cuando llegan a casa rendidos por el día tan ajetreado que han vivido. Pero escriben y no se avergüenzan por ello. Van más allá de lo que aspiran a ir los demás. Les conozco y mi mundo empieza a cambiar. No por ello voy a dejar atrás el lugar en el que he crecido, porque no hay que abandonar las cosas buenas, las que están ahí desde siempre y que posiblemente sigan prevaleciendo cuando otras que pensabas que durarían desaparecen. Pero sí, esto es una de las cosas que necesitaba para continuar conociéndome. Y me doy cuenta de que yo también soy como ellos, que tengo vida por dentro. Algunos nos llaman locos, pero eso es porque no nos comprenden.

Siente, ríe, actúa, vive.

A veces sólo una mirada basta para comprender lo que durante tanto tiempo no fuiste capaz de ver.

¿Por qué estamos tan ciegos?

Siente,
ríe,
actúa,
vive.